Qué es la astenia, síntomas y tratamientos

Qué es la astenia, síntomas y tratamientos

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    La astenia y todo el abordaje terapéutico que la rodea es un verdadero reto, tanto para el paciente que la sufre como para el médico que la trata. A día de hoy es un estado de difícil diagnóstico, con diferentes síntomas, asociada o no a diferentes enfermedades y sin un tratamiento específico que la combata.

    Con esta dolencia es fundamental un buen diagnóstico para no confundirla con otras patologías, conocer su origen, analizar de qué tipo se trata con una exploración clínica mediante una serie de preguntas (conocido como anamnesis) y física, valorar si es un estado pasajero o si por el contrario es crónica, y aconsejar al paciente para que conozca bien el concepto de astenia desde el inicio y así pueda minimizar sus efectos mediante una serie de medidas, tanto de estilo de vida como de suplementación con fitoterapia.

    Y a ti, ¿te suena el término de astenia?, ¿sabes de qué se trata? Hoy hacemos un enfoque global sobre la astenia y todo lo que necesitas saber sobre ella. ¡Empezamos!

    A qué llamamos astenia primaveral

    La astenia, y en especial el tipo astenia primaveral (la que se desarrolla en muchos individuos cuando comienza la primavera) es una sensación de incapacidad que no mejora con el reposo. Y aquí está la primera clave que debemos entender para conocer esta patología en profundidad: no mejora con el reposo. Es la principal diferencia con respecto a la fatiga, que es secundaria a una actividad física o psíquica de elevada intensidad que mejora con el reposo. Es decir, la fatiga sigue a un esfuerzo mientras que la astenia lo precede; la fatiga desaparece con el reposo, y la astenia no. Es un síntoma impreciso y muy subjetivo, con causas múltiples, que incapacita para realizar actividades cotidianas físicas o cognitivas. El paciente la define como "flojera", "pérdida de fuerza" o "fatiga", ya que se comete un error de apreciación y se le llama fatiga cuando lo que verdaderamente se sufre es astenia.

    Con frecuencia la astenia es secundaria a otra enfermedad, y se puede asociar a otros síntomas (fiebre, tos, dolor abdominal, dolor articular, etc) aunque a veces cursa como síntoma principal, donde el médico tendrá la dificultad de establecer la causa que la produce y eliminarla. Cuando la astenia dura más de seis meses, sin una causa aparente que la produzca, se considera como crónica y es conocida como síndrome de fatiga crónica, de difícil tratamiento y que con el tiempo causa un debilitamiento del sistema neurológico, endocrino e inmune, entre otros.

    Principales síntomas de la astenia

    Los síntomas, aunque son imprecisos, suelen tener un denominador común, que es la incapacidad para realizar actividades cotidianas. Los principales síntomas de una astenia son:

    • Cansancio y somnolencia durante el día
    • Falta de energía
    • Alteraciones del sueño
    • Ansiedad e irritabilidad
    • Pérdida del apetito
    • Problemas de concentración
    • Disminución de la lívido
    • Cefaleas y dolores de cabeza

    Todos estos síntomas llevan a una falta de motivación del paciente que puede preceder a patologías más graves como depresión, insomnio crónico o migrañas, entre otros.

    ¿Cómo identificar la astenia?

    Aquí juega un papel fundamental el médico, que deberá realizar una primera etapa de anamnesis (entrevista con el paciente) para ver los antecedentes, el tipo de vida, la forma de inicio y la evolución de la astenia, y la presencia de síntomas asociados.

    A esta etapa le sigue una segunda de exploración física, donde se buscará cualquier anomalía en términos de temperatura, peso, tensión arterial, tiroides, parámetros bioquímicos y demás marcadores para establecer un diagnóstico acertado.

    Si padeces algún síntoma arriba mencionado que no mejora con el tiempo, es fundamental acudir a tu médico para que valore si padeces astenia.

    ¿Qué causa la astenia primaveral?

    Cuando hablamos de astenia primaveral, las principales causas que la producen son una serie de factores ambientales que se combinan entre sí, como el cambio de temperatura, modificación de la rutina diaria o cambio horario, que inducen en el organismo una desregulación de los sistemas endocrinos y de los ritmos circadianos del sueño que, sumados a patologías como la alergia al polen hacen que este trastorno perdure unas semanas hasta la completa adaptación a las nuevas condiciones ambientales.

    ¿Es posible prevenirla?

    Para prevenir y combatir todos los síntomas que se dan en un estado de astenia, existen unas recomendaciones generales que pueden resultar muy útiles.

    Una dieta equilibrada, con una correcta hidratación y evitando la ingesta de sustancias excitantes es fundamental, para que se aporte toda la energía, nutrientes y vitaminas que nuestro organismo necesita.

    Una rutina de alimentación, evitando un largo tiempo de ayuno nos ayudará a mantener energía de manera continuada y así evitar la fatiga y el cansancio.

    Realizar ejercicio de forma moderada es básico para hacer frente a este síntoma, siempre de manera prudencial para no cansarnos en exceso, pero para mantener el cuerpo activado y reducir la apatía.

    Y, por último, pero no menos importantes, una buena calidad del sueño, durmiendo al menos ocho horas hará que el organismo esté en condiciones óptimas para aguantar las exigencias que se presentan en la jornada.

    Tratamientos de Farmacia que ayudan a prevenirla

    Existen tratamientos que, junto a un estilo de vida saludable, van a ayudar a combatir el cansancio y fatiga que produce la astenia en el organismo.

    Un multivitamínico es la primera opción, para ofrecer un aporte de vitaminas, minerales y aminoácidos adecuado que nos ayude a mejorar en términos de energía y cansancio.

    Si la astenia te afecta a la hora de dormir, la farmacia ofrece productos a base de melatonina y extractos de plantas que nos ayudarán a descansar profundamente para mejorar la cantidad y la calidad del sueño.

    Todo esto junto a unos buenos hábitos de vida harán que puedas combatir la astenia primaveral con éxito.

    ¿Has sufrido astenia primaveral? ¿Cuál es tu consejo? ¡Escribe en los comentarios!

    Grasland, A., & Mahé, I. (2015). Astenia. EMC-Tratado de Medicina, 19(1), 1-8.

    Casanovas Gordó, J. M. (2009). Del síntoma a la enfermedad: astenia. Pediatría Atención Primaria, 11, 425-431.

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    Antonio Lopez

    Escrito por:

    Antonio Lopez,

    Farmacéutico

    Licenciado en Farmacia por la Universidad de Granada y Máster en Cosmética y Dermofarmacia por CESIF. 

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