La presencia de ETS se puede confirmar mediante cultivos específicos del agente infeccioso o mediante estudios en sangre de algún marcador de la enfermedad.
Si eres una persona sexualmente activa, estas pruebas son una buena forma de conocer tu estado de salud sexual y descartar de forma temprana cualquier ETS, especialmente si vas a comenzar una nueva relación.
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son un grupo de enfermedades e infecciones que se transmiten por el contacto sexual, ya sea vaginal, anal u oral, con una persona afectada. Las más frecuentes son Gonorrea, Clamidia, Herpes, Sífilis, Hepatitis C, Hepatitis B o VIH.
La única forma de evitar al 100% las ETS es evitar todo tipo de contacto sexual, pero se puede reducir el riesgo de contagio mediante la utilización de preservativos, condones femeninos o barreras bucales que impiden el intercambio de fluidos y reducen el roce piel con piel que transmiten las ETS.
Presentan diferentes síntomas en función de la enfermedad en cuestión (lesiones en la piel, dolor o molestias durante las relaciones sexuales o al orinar, alteraciones en los flujos...)
Algunas de estas enfermedades no son peligrosas si se tratan de forma rápida, pero otras en cambio pueden causar graves problemas para la salud si no se tratan de manera adecuada, de ahí la importancia de la prevención, un diagnóstico y un tratamiento temprano, especialmente si tienes sospechas de padecer una ETS o si has mantenido una relación de riesgo.
