El Factor de Protección Solar (en inglés, SPF, Solar Protection Factor) es un término mundialmente conocido que encontramos en cualquier producto destinado a la protección de la piel frente a la radiación solar. Aunque todos conocemos esta representación numérica, su explicación no resulta tarea sencilla, ya que, por ejemplo, un SPF 30 no protege el doble que un SPF 15, en contra de lo que algún usuario podría esperar. Entonces, ¿Qué significa el número que determina el grado de protección solar de un fotoprotector? ¿Cómo se determina? ¿El factor de protección solar indica protección frente a todas las radiaciones? ¿Existen otros índices de protección? Sigue leyendo para entender qué es un FPS y qué debemos tener en cuenta sobre su grado de protección.
Lo mejor para entender fácilmente el concepto de Factor de Protección Solar es ir por partes. De manera teórica el factor de protección solar es el número que indica el múltiplo del tiempo que tarda una piel protegida en desarrollar eritema, con respecto al tiempo que tarda esa misma piel en desarrollarlo si no se hubiera aplicado ninguna protección. No queda del todo claro, ¿verdad? Más sencillo: Un factor de protección 30 indica que si una piel sin protección tarda 2 minutos (por ejemplo) en desarrollar quemadura solar tras la exposición al sol, esta misma piel con este factor tardaría 30 veces más; es decir, una hora. Existe un método estandarizado internacional para determinar este factor de protección solar, llamado ISO (International Standarization Organization, de sus siglas en inglés) del organismo Colipa, (Asociación Europea de Cosméticos y Perfumería).
La manera de determinar el SPF es relativamente sencilla: Se seleccionan voluntarios a los que se le provoca una quemadura solar en diferentes zonas delimitadas, a través de dosis de radiación UV concretas. En algunas zonas se utilizan cantidades estándares de FPS conocido como control y en otras se utilizan las muestras a analizar. Después de 24 horas se valoran los resultados y se determina el FPS, que resulta de la división de MED de piel protegida entre MED de piel no protegida, siendo MED la mínima cantidad de energía de rayos UV para generar una quemadura en la piel. Lo realmente importante es saber las diferentes categorías de protección frente a la radiación, que son:
- Baja, SPF de 6 a 10
- Media, SPF de 15 a 25
- Alta, SPF de 30 a 50
- Muy alta, SPF por encima de 60, apareciendo en el etiquetado 50+
¿Qué tenemos que tener en cuenta sobre los distintos tipos de radiación?
Que el SPF se refiere a la radiación UVB (la que produce quemadura), aunque el factor de protección frente a UVA se cuantifica usando un símbolo, UVA en círculo, que indica que al menos un tercio del SPF protege frente al UVA, lo que garantiza un elevado nivel de protección. Este símbolo lo encontramos prácticamente en todos los protectores solares junto al SPF.
Las cuestiones más prácticas del SPF serían las siguientes:
- El SPF valora la eficacia del protector solar, y aquí entra en juego el fototipo de piel que tenga el usuario. Una piel más blanca tarda muy poco en quemarse en relación con una piel morena, por tanto, es fundamental utilizar un SPF muy alto.
- Un SPF con un grado de protección alto y muy alto va a neutralizar las radiaciones UVB y UVA (las que queman y las que producen envejecimiento de la piel).
- Un SPF de 15 absorbe un 93% de la radiación solar, un SPF 30 absorbe un 97%, y a partir de SPF 50+ no hay diferencia en el aumento de protección UVB. Por tanto, un SPF 30 protege prácticamente lo mismo que un SPF 50, la diferencia radica en el tiempo de protección.
Y vamos a la pregunta del millón: ¿La piel se broncea usando un protector solar? La respuesta es SÍ. Tardará más en broncearse, pero evitaremos que nuestra piel sufra y nos aseguraremos de que se broncee de una manera segura, evitando manchas y posible desarrollo de cáncer de piel.
Por último, cabe destacar que existen otras nomenclaturas que indican que un cosmético protege frente a la radiación. La japonesa indica el grado de protección (PA), siendo:
- Bajo (PA+)
- Medio (PA++)
- Alto (PA+++)
- Muy alto (PA++++)
Esta nomenclatura la encontramos acompañando al SPF en muchos protectores solares junto a otra denominada Lambda crítica. Valores por encima de 370nm de Lamba indican una protección de amplio espectro. Si tienes un protector solar que incorpore SPF, PA y Lambda, puedes confiar en que es un producto TOP y su grado de protección es óptimo.
Entender el concepto SPF no es del todo fácil, pero sí que es importante para escoger el protector solar que mejor se adapte a nuestro fototipo y a la situación en la que nos encontremos. Es recomendable utilizar SPF50+ en pieles más blanquitas, o en pieles morenas con una exposición elevada y duradera de la radiación.
¿Y tú, qué SPF utilizas? ¿Tienes alguna duda? ¡Nos vemos en los comentarios!