​​Dermatitis atópica: entender en qué consiste y cómo identificarla

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La piel, como cualquier órgano del cuerpo humano, es susceptible de padecer patologías, algunas de menor intensidad y otras más graves, pero todas terminan afectando en mayor o menor grado a la calidad de vida del paciente. Las más comunes son físicas, que aparecen por una agresión a la piel, ya que no olvidemos que la principal función de ésta es la de protección frente al medio externo.

Seguro que todos hemos sufrido alguna vez de un rasguño, hematoma o herida, que se ha curado con dedicación y con el paso del tiempo. Sin embargo, existen patologías cutáneas que tienen un origen incierto, en las que intervienen factores genéticos, alteraciones del sistema inmune y factores extrínsecos, como es el caso de la atopía. En este post vamos a entender qué es la atopía, como se manifiesta en la piel y aspectos que nos ayudarán a identificarla y tratarla de la mejor manera posible. Nos sumergimos en el mundo de la atopía.

Qué es la dermatitis atópica

De manera sencilla, podemos explicar la dermatitis atópica como la manifestación cutánea de la atopía. Pero, ¿Qué es la atopía? Es una patología de origen multifactorial, con un marcado carácter inmunológico, que se puede definir como una tendencia del organismo a reaccionar de manera exagerada frente a determinadas sustancias que, en ocasiones normales, no reaccionaría. Es decir, suponemos que tenemos dos pacientes, uno con atopía y otro sano, y los exponemos a la misma sustancia. Mientras que el paciente sano no desarrolla ningún síntoma, el paciente atópico sufre de inflamación, picor, broncoconstricción y exceso de anticuerpos por el sistema inmunitario.

La atopía se puede manifestar como distintas enfermedades, aunque las más comunes son el asma, la rinoconjuntivitis y la dermatitis atópica. 

La dermatitis atópica cursa con brotes y presenta síntomas inflamatorios crónicos asociados al picor de la piel que se produce con mayor frecuencia durante la lactancia y la infancia temprana. Es más frecuente en el sexo femenino y es la manifestación más precoz de la atopía, a los dos años de edad un 50% de atópicos la presentan, porcentaje que sube al 80% a los cinco años. Aproximadamente tres de cada cuatro niños con dermatitis atópica desarrollan asma o rinitis alérgica, y es una enfermedad que se resuelve con la edad, con un 50% de casos finalizados en la adolescencia, y en los que sólo un 20% persiste hasta la edad adulta.

Síntomas comunes de la dermatitis atópica

El síntoma más característico es el prurito intenso, es decir, un picor continuo en diferentes zonas de la piel. Este prurito va acompañado de sequedad y descamación de la piel, de eritema (enrojecimiento) e inflamación, y una sobreinfección de la zona.

El eccema puede ir acompañado de edema, exudación y costras en la piel. En ocasiones aparecen pápulas con vesículas que al ser rascadas son sustituidas por costras. En situaciones extremas se produce una liquenificación, esto es, un engrosamiento debido al rascado continuo. Las lesiones suelen aparecer en mejillas, cuello y superficies de flexión, y en ocasiones en dorso de manos y pies.

Causas y factores desencadenantes 

Es una enfermedad de la piel con un marcado origen genético, demostrándose que los hijos de padres con dermatitis atópica tienen un mayor riesgo de desarrollarla. Hay un gen, el gen de la filagrina, que tiene una asociación significativa con la dermatitis atópica.

La filagrina es una proteína que tiene un papel clave en la diferenciación de las capas de la piel y la función barrera, y está muy presente en las capas más externas de la epidermis. Se cree que la mutación en la filagrina produce una alteración de la función barrera, que permite la entrada de alérgenos a través de la piel, lo que desencadena las manifestaciones clave de la dermatitis atópica. 

Cómo identificar la dermatitis atópica

No hay una única característica clínica ni prueba de laboratorio específica para la dermatitis atópica, por lo que el diagnóstico se fundamenta en un conjunto de manifestaciones clínicas.

Se diferencia en otras afecciones por el prurito intenso, que es el principal síntoma de esta patología de la piel. Recomendamos acudir a un dermatólogo, sobre todo con los niños que empiezan a padecer síntomas cutáneos, para que se pueda establecer un diagnóstico preciso por un profesional.

Tratamientos y cuidado de la dermatitis atópica: La importancia de la hidratación

Los síntomas de la dermatitis atópica funcionan como un círculo vicioso: La sequedad produce picor, el picor hace que se recurra al rascado y el rascado puede producir heridas que se pueden infectar, debilitando la piel y aumentando la susceptibilidad a la sequedad y al picor. Por eso es muy importante un cuidado de la piel en esta patología, no solo en el momento de brote, también en una rutina diaria.

El objetivo del tratamiento cosmético empieza por restaurar la barrera cutánea, mediante una hidratación y nutrición de la piel. Nuestro producto de uso diario debe calmar el picor y la inflamación, equilibrando la piel y evitando la sobreinfección. Nuestra rutina para dermatitis atópica combina un gel limpiador de uso diario sin jabón buscando texturas emolientes, una crema hidratante diaria de textura rica que ayude a restaurar la función barrera de la piel y un protector solar específico para pieles atópicas, ya que este tipo de pieles presentan menor tolerancia frente a la radiación ultravioleta y la quemadura.

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Cabanillas-Becerra, J. J., & Sánchez-Saldaña, L. (2012). Dermatitis atópica. Dermatol Perú, 22(3), 176-186.