Aceites Esenciales y Vegetales
Los extractos más puros de las plantas se pueden conseguir de los aceites esenciales y vegetales. Las concentraciones más elevadas de las sustancias activas de las especies vegetales, conservadas en forma de aceites, se pueden emplear para tratar dolencias de todo tipo: problemas de piel como eccemas, picaduras de insectos o regenerar cicatrices; con efecto calmante y sedante, para tratar dolores de cabeza de origen tensional, contracturas musculares; dolor articular, traumatismos leves, inflamación de tejidos blandos por contusiones o golpes, etc.
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Los aceites esenciales son extractos líquidos concentrados y obtenidos por destilación al vapor de las plantas aromáticas o de una parte de éstas como puede ser la flor, la hoja, la corteza o el fruto, entre otros. Un aceite esencial está compuesto por una mezcla de moléculas complejas con características especiales que lo definen y que son beneficiosas para la salud. Los aceites esenciales ayudan a mejorar el estado de salud del paciente a través de sus cualidades, confirmadas mediante datos científicos sólidos.
Si, algunos aceites esenciales tienen contraindicaciones para reducidos grupos de población. Por ejemplo, para pacientes con asma, está contraindicado el uso de algunos aceites en difusión. En pacientes que tomas anticoagulantes, es mejor consultar al médico antes de tomar un aceite esencial por vía oral. Es recomendable consultar a un experto en aromaterapia antes de usar los aceites esenciales, sobre todo si se padece alguna enfermedad no controlada.
Los aceites esenciales se pueden aplicar por distintas vías, dependiendo del tipo de aceite esencial y para maximizar los resultados. Se pueden administrar por vía olfativa, ya que están compuestos por moléculas aromáticas que van a llegar hasta el sistema límbico del cerebro. Se pueden aplicar en las palmas de las manos e inspirar profundamente, respirar directamente del frasco o mediante difusión con dispositivos diseñados para aromatizar una sala.
Otra vía de aplicación es la cutánea, que combina eficacia y seguridad de uso, donde se recomienda diluirlos en un aceite vegetal para facilitar la administración a diferentes partes del cuerpo. La tercera vía es la oral o sublingual, preferiblemente en un soporte que puede ser un aceite vegetal, miel o un trozo de azúcar, para liberar su actividad en cuestión de segundos.
Existen más de 3000 aceites esenciales de los cuales aproximadamente 350 son destinados a aromaterapia. Los más utilizados son el aceite esencial de lavanda, el aceite esencial de clavo, el aceite esencial de naranja, el aceite esencial de gaulteria, el aceite esencial de ravintsara o el aceite esencial de espliego macho, entre otros.
Hay varios aceites esenciales contraindicados durante el embarazo, como el aceite esencial de orégano, el aceite esencial de canela, el aceite esencial de jazmín, el aceite esencial de albahaca o el aceite esencial de menta piperita, entre otros. Lo mejor es consultar a un profesional de la aromaterapia antes de utilizar aceites esenciales durante el embarazo.
Existen muchos aceites esenciales destinados a aromatizar una sala, con propiedades relajantes, antisépticas o purificantes. Entre ellos, los más utilizados son el aceite esencial de lavanda, el aceite esencial de ravintsara, el aceite esencial de mandarina o el aceite esencial de yuzu, entre otros.
Para un bebé podemos utilizar el aceite esencial de abeto balsámico o el aceite esencial de olivardilla, para mejorar la salud de las vías respiratorias, o el aceite esencial de ravintsara o el aceite esencial de tomillo quimiotipo tuyanol, para mejorar la salud del sistema inmunológico del bebé.